domingo, 16 de febrero de 2025

La Septuagésima, tiempo de desierto

Algunas personas sabrán, y otras no, que antes de la reforma del Misal y el calendario litúrgico de Pablo VI, existía una "ante-cuaresma", el tiempo de Septuagésima, de transición entre las alegrías de la Navidad y las austeridades cuaresmales, cuya estructuración se remontaba a san Gregorio Magno, en el siglo VII.

viernes, 14 de febrero de 2025

¿Por qué el desierto de los Monegros?


“Un ermitaño, eremita o anacoreta es una persona que elige profesar una vida solitaria y ascética, sin contacto permanente con la sociedad. El término procede del latín eremīta, que a su vez deriva del griego ἐρημίτης o de ἔρημος, que significa «del desierto». En sentido amplio, la expresión se extendió para significar a todo aquél que vive en soledad, apartado de los vínculos sociales, sirviéndose de la metáfora de la huida al desierto, lugar donde Cristo pasó cuarenta días de ayuno y oración como preparación de su vida pública”.

jueves, 13 de febrero de 2025

Si son benedictinos y ermitaños, ¿por qué no la Camáldula?

¡Orden de los Monjes Benedictinos Ermitaños de la Camáldula! Quedé fascinado por el descubrimiento. Claro que no estaba inventando nada nuevo: el Espíritu Santo ya había comunicado en el siglo XI a un santo varón una forma de vida ermitaña bajo la regla de san Benito.

martes, 11 de febrero de 2025

Del mundo corruptor al desierto, para buscar a Dios... y ser tentado

 

El objetivo de este blog no es explicar mi historia, sino utilizarla solamente como punto de partida necesario para comprender el contexto en que nacen estas reflexiones sobre Dios, Iglesia, la vida, el hombre, la historia y la sociedad que pretendo compartir para animar a otros a ser parte de “ese pequeño puñado de hombres que tienen el coraje de ser inactuales”, como dijo Gilbert K. Chesterton.

sábado, 8 de febrero de 2025

Una casa en ruinas en los Monegros


 Así comenzó esta historia.

En la primavera de 2023 puse en venta mi piso en Barcelona, con la hipoteca medio pagada, y me compré una casa el desierto de los Monegros que llevaba años deshabitada. Mi idea era pasar aquí todos los fines de semana, reconstruyendo este espacio, haciéndolo habitable, para poder marcharme de Barcelona y trasladarme ya ese invierno. 

Hacer de las ruinas de una pequeña casa de una planta, con un patio y un corral, una ermita; en el yermo, su lugar natural. 

Para buscar a Dios. Para estar solo con Dios solo.